He leído y publicado en mi blog Libros para saber más y textos que me gustan, un pasaje de Josep Pla, magnifico escritor catalán del que mi profesor Íñigo Larroque hablaba a menudo y cuya lectura nos recomendaba, que me ha hecho recapacitar sobre mi manera de escribir, ya que ensalza los detalles de tal manera que parece imposible escribir bien si no se tienen en cuenta las descripciones exhaustivas.
Pla pone de ejemplo a Marcel Proust que en su día, cuando me leí de una tirada y con gran entusiasmo En busca del tiempo perdido me encantaba, no obstante ya no tengo paciencia para ese tipo de escritura.
He cambiado y aunque me siguen gustando los clásicos, agradezco los buenos escritores contemporáneos que se sujetan al mantra de Juan Bas Escribir es abreviar.
Agradezco que no me aburran, que lo que me cuentan me interese, tanto hablado como escrito.
Rara vez escucho los Wasaps orales.
Hace tiempo que cancelé los contestadores automáticos en mis teléfonos y el fijo es tan sencillo que ni siquiera me enseña el número de la última llamada, pero tiene un diseño encantador.
Creo que desde que se ha muerto mi madre todas las personas con las que me relaciono son capaces de comunicarse conmigo por internet.
No voy a negar que me impresiona lo rápida que va la vida y yo me acoplo a su ritmo dentro de mis posibilidades, es la única manera de centrarme en el presente.
Tampoco yo quiero aburrir a mis seguidores por lo que intento sujetarme al relato y no entrar en demasiados detalles, tal y como hacía con la pintura.
Poco he cambiado en ese sentido, he pasado del pincel a la pluma, en este caso tecla, con la misma teoría de simplificar al máximo.
También vivo la vida siguiendo el axioma menos es más.
Al paso que voy me convertiré en una ermitaña que en vez de vivir en el bosque como Henry David Thoreau reside en un pisito de Getxo aparentando normalidad, sentada frente al ordenador y saliendo de vez en cuando para sacar fotos de mi entorno.
No hay comentarios:
Publicar un comentario