miércoles, 2 de septiembre de 2020

CUATRO MIL CIENTO CUATRO















Estoy contenta.
Parece que mi profesor de Escritura se está animando a empezar las clases por Zoom hasta que llegue el momento de que puedan ser presenciales, que es lo que a todos nos gustaría.
Echo de menos ese contacto con la literatura, con lo que significa aprender a escribir, entender el significado de las palabras, jugar con ellas, con sus sonidos, sus colores, sus ritmos.
Tengo la capacidad de transformarlas en imágenes, tal vez sea por eso que hay algunas que me crispan, la estética es fundamental.
Recuerdo todas las veces que he aprendido a utilizar una palabra de la manera correcta y lo agradezco a las personas que me han enseñado a hacerlo.
No hablo de toda mi vida, no tengo tanta memoria, me refiero a cuando ya era mayor y creía que sabía hablar castellano, grande era mi equivocación.
No me culpo porque a pesar de que tengo la suerte de que mis padres y hermanos siempre han dado importancia a hablar con propiedad, al salir al mundo y exponerme al modo de expresarse de la gente en general y de los periodistas en particular, empecé a darme cuenta de que no es oro todo lo que reluce, con el agravante de que los modos de hablar se contagian.
Recuerdo cuando Miren Rementería me explicó la palabra libido, cuyo significada nada tiene que ver con lívido.* 
Sentí un gran alivio, lo correcto me pone bien, es como cuando se acierta con la pieza del rompecabezas que encaja en el sitio que le corresponde.  
Hoy en día siento inmenso agradecimiento hacia mi profesor Íñigo Larroque que me enseñó a no utilizar la tan erróneamente extendida palabra espectacular, que según la Rae, tiene dos significados:

1. adj. Que tiene caracteres propios de espectáculo público.
2. adj. Aparatoso u ostentoso.
Reconozco que soy maniática hasta decir basta, me lo permito, no tengo por qué ser transigente con algo que tanto me desagrada.
Tengo intención de seguir aprendiendo, de momento hago caso a casi todos los consejos que dan los buenos escritores, ya tendré tiempo de crear mi propio estilo.
Siempre he sido partidaria de tener profesores cuando quiero aprender algo, siento inmensa gratitud a todos los que he tenido en mi vida que han sido muchos y han sabido enseñarme a amar aquellos temas para los que tengo facilidad.



*La palabra libido, que significa 'deseo sexual', es llana; se desaconseja, por tanto, la forma esdrújula líbido, cuyo uso, tal como recoge el Diccionario panhispánico de dudas, se ha extendido probablemente por influencia del término lívido, que significa 'amoratado' o 'intensamente pálido'.























480p low geselecteerd als afspeelkwaliteit1080p geselecteerd als afspeelkwaliteit

00:00


25:15

Según el Diccionario panhispánico de dudas (2005), la forma esdrújula incorrecta *líbido, se ha extendido, probablemente, por influencia del adjetivo “lívido(a)”, que sí es esdrújula y cuyo significado equivale a ‘amoratado’ o ‘intensamente pálido’: No se ponga usted lívido cuando pronuncie libido.

























































480p low geselecteerd als afspeelkwaliteit1080p geselecteerd als afspeelkwaliteit

00:00


25:15

Según el Diccionario panhispánico de dudas (2005), la forma esdrújula incorrecta *líbido, se ha extendido, probablemente, por influencia del adjetivo “lívido(a)”, que sí es esdrújula y cuyo significado equivale a ‘amoratado’ o ‘intensamente pálido’: No se ponga usted lívido cuando pronuncie libido.

No hay comentarios:

Publicar un comentario