jueves, 3 de octubre de 2019

DOS MIL NOVECIENTOS VEINTIOCHO








Salir de donde estoy saliendo es como volver a nacer. 
Solo llevo cuatro meses fuera y sin embargo las cosas han cambiado.
He ido al Centro comercial Artea que es donde solucionaba casi todos mis asuntos personales e incluso allí las cosas están diferentes.
La peluquería Jean Louis David casi vacía. 
Me he encontrado con una amiga a la que no veía hace tiempo y me ha gustado charlar con ella. 
He visto por encima el Vogue, mi revista favorita de moda y me ha impresionado cómo ha evolucionado todo, las telas, los colores, los maquillajes… tendré que acostumbrarme a las novedades.
Por otro lado hoy inauguran la exposición Flecha, en la que yo he participado en varias ocasiones cuando la hacían en Madrid. 
He ojeado los mails que tenía en el móvil y he comprobado con sorpresa que estoy tan despistada que me he perdido una invitación para exponer en septiembre.
Poco a poco voy recuperando la cabeza y la vista.

Se me ha desarrollado tanto el olfato que casi todos los olores me molestan por lo que, aunque tenía intención de hacer algo más, he decidido venir a casa que es donde realmente puedo estar a gusto.






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