sábado, 12 de octubre de 2019

DOS MIL NOVECIENTOS TREINTA Y SIETE









Me ha pasado algo inesperado. 
Llevaban unos días hablando de un virus que había en el hospital y produce una especie de trancazo.
Justo ayer al llegar a casa encantada de la vida porque empezaba mi mes de asueto, me sentí incómoda y es evidente que el virus me ha atacado.
Lo bueno del asunto es que tengo tan congestionada la cabeza, los ojos y la nariz, que no noto los efectos de la quimio por lo que tengo la sensación de una gripe corriente. 
No está mal, he salido ganando y además no tengo nada que hacer ni ir a ningún sitio por lo que puedo descansar todo lo que me apetezca. 
Es diferente estar en casa y levantarme cuando me dé la gana que tener que madrugar para ir al hospital de día.
Dijeron que los efectos del virus solo duran tres días así que el lunes espero estar en plena forma.
Los fines de semana no me gusta salir porque hay demasiada gente en todas partes.
Además yo no puedo ni debo hacer vida social porque tengo las defensas bajas y no deben besarme y no resulta agradable apartar a alguien que se acerca con cariño a saludarme.





















No hay comentarios:

Publicar un comentario