Durante el fin de semana largo me dediqué a ver documentales de artistas, aprendí y sobre todo, disfruté mucho, así que hoy he seguido con otro documental que me ha parecido fascinante, muy diferente a los anteriores no obstante igual o mejor, se llama Jaremiah Tower, el último magnífico y está en Netflix.
No puedo decir que sea perfecto, tiene altibajos e incluso hay momentos en que no se entiende bien, pero eso es lo de menos, el resultado es que te deja con ganas de hacer bien las cosas y de disfrutar de la vida.
Es parte del arte y de los artistas, da lo mismo dedicarse a cocinar que a hacer iglesias, se trata de buscar la excelencia en todo.
A veces recomiendo películas porque son realmente buenas, hoy no es el caso, aún así la recomiendo porque es encantadora, desde el principio, con sus pros, sus contras y sus lagunas, es sensacional y eso que yo no como ese tipo de comida, en principio me hubiera convenido más ver un video de un chef macrobiótico pero no importa, hay tiempo para todo.
Lo que es evidente es que cada vez me interesan más los documentales que las películas, casi nadie me recomienda películas, solo Pilar Serrano pero muy de vez en cuando, no importa, me voy arreglando, buscando, estudiando, leyendo las críticas me arreglo.
Ahora me voy a la cama, escucharé el programa de Roge Blasco sobre viajeros aventureros, todos son interesantes en mayor o menor medida sobre todo para una persona como yo que no viaja, algunos relatan mejor que otros, se nota mucha diferencia, es muy importante saber contar una historia, no sé cómo se aprende.
Lo peor es que utilizan la palabra "espectacular" para todo, como si fuera agua bendita, hasta Lucía Echevarría la usa, no me lo podía creer, estoy leyendo un libro suyo y ya la he leído dos veces, parece mentira que una escritora de su categoría caiga tan bajo.
Creo que es necesario prestar mucha atención al castellano cuando una persona es hispanoparlante.
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