sábado, 11 de diciembre de 2021

CUATRO MIL CUATROCIENTOS SESENTA Y DOS

 




Creo que ayer tuve la última clase del curso de Escritura Express del que he salido escarmentada porque así como la videoconferencia me encanta, lo otro, que no sé como se llama me alteró muchísimo, me defraudó y hasta casi me quita las ganas de escribir pero eso es imposible, hay remedio para todo.

Hablé con una profesora joven con la que me entendí y sobre todo me entendí a mí misma y me di cuenta de que saber exactamente lo que se quiere es algo con lo que se nace o tal vez se llegue por eliminación.

Me contó la doctora Verdugo que las personas selectivas nacemos así, simplemente significa que muy pronto sabemos lo que queremos, yo nací sabiendo que quería ser pintora y cuando me rompí la pierna y tuve que dejar de pintar supe que quería ser escritora.

Pronto he sabido que solo me interesa escribir sobre mí misma ya que es de lo que más sé, no olvidemos que llevo cuarenta años estudiando el conocimiento de mí misma, es el único tema que realmente me mueve, es tan profundo que por más tiempo y estudio que le dedique, siempre se abren caminos nuevos y hablo por experiencia propia, lo cual significa que es indiscutible.

Detesto discutir, así que me viene como anillo al dedo.

Por otro lado lo que voy aprendiendo sobre el conocimiento del ser es fascinante, es el tema más interesante que he encontrado en toda mi vida, desde que nací sentí una curiosidad sin límites, siempre he sabido que quería saber y el conocimiento de mí misma ha sido el propósito al que dedico mi vida,

Tengo un profesor extraordinario, Prem Rawat en quien confío plenamente y vivo a su lado, sabiendo que los pasos que voy dando son los correctos.

Así soy feliz, me siento plena y con gran entusiasmo.








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