viernes, 3 de diciembre de 2021

CUATRO MIL CUATROCIENTOS CINCUENTA Y SEIS

 





A veces me gustaría que el tiempo se parase y quedarme ensimismada en el presente, luego lo pienso mejor y me doy cuenta de que eso es justo la vida, un eterno ahora.

Ayer vi una película de Jane Campion cuyo trabajo siempre me ha fascinado, incluso una serie australiana que fue lo último que vi, Top of the Lake, hace mucho tiempo y la recuerdo con detalles, no solo era buena sino bastante sabia que es lo que más me interesó.

Ayer vi El poder del perro, obra maestra en la que Benedict Cumberbatch interpreta el mejor papel de su vida, creo, es lo que los críticos de cine suelen llamar "estado de gracia".

Algunas cosas me dejaron intrigada, tal vez solo eran sugerencias y no fui capaz de interpretarlas, no lo sé pero si sé que es una magnífica película y que Jane Campion es una gran directora de cine además de una mujer muy realista.

El poder del perro es una deconstrucción del western, el machismo impera y el papel de la mujer queda relegado a lo que ya nos tiene acostumbrados la extraordinaria neocelandesa. 

He visto varias películas dirigidas por ella y creo que tendré que ver más y revisar las ya vistas.

Es casi un milagro encontrar una película que me satisfaga, no es fácil, pero cuando encuentro algo tan especial como El poder del perro, doy gracias al cielo porque soy capaz de apreciarla y me conmueve que haya sido hecha por una mujer.






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