Ayer vi una película fascinante "Beyond the visible: Hilma Alf Klint" sobre la primera pintora que hizo abstracción antes incluso que Kandisnki, su obra nunca fue expuesta mientras estuvo viva.
Es impresionante cómo se habla sobre la masculinidad del mundo del arte.
La mujer ha sido contemplada como un objeto decorativo y jamás se le ha considerado bajo la posibilidad de que pudiera ser una gran artista, los genios solo pueden se hombres y las mujeres pintan flores y retratos.
Me impresionó la película por muchas razones, sobre todo por los maravillosos cuadros de Hilma.
Respecto a cómo se describe el mundo del arte, ya he pasado por ese camino, de hecho cuando expuse en Madrid, que en el fondo es el único sitio en donde vendí bien mi trabajo, el comentario que hacían los pintores de la galería era:
Pintas como un hombre (sic).
Cuando en la galería Rekalde de Bilbao organizaron una exposición dedicada al Athletic, a mí ni siquiera me invitaron a pesar de que unos años antes había presentado un proyecto muy completo sobre el Athletic Club de Bilbao y de que cuando presenté en Arteder el Homenaje al Athletic tuve mucho éxito y salí en todos los periódicos, no solo en Arte y Sociedad sino también en deportes.
Poco a poco se me fueron quitando las ganas de pintar hasta que por fin me rompí la pierna y ya no puedo pintar aunque quiera, ni siquiera puedo estar de pie.
Estoy contenta de haber salido de ese mundo que está comercializado hasta extremos desagradables y muy poco estimulantes, a no ser que por circunstancias excepcionales las cosas se pongan del lado de la mujer, incluso Judy Chicago estaba dolida de que jamás le hubieran invitado a exponer en el Guggenheim de Bilbao a pesar de haber expuesto en el Hamme Museum de Los Ángeles con un éxito extraordinario.
Hasta tal punto me relajó Hilma Alf Klint que tuve que meterme en la cama cuando se terminó, me calmó tanto que no me sentía capaz de hacer nada más que meditar.
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