martes, 28 de diciembre de 2021

CUATRO MIL CUATROCIENTOS SETENTA Y CINCO

 




He tenido una mañana sorprendente, cuando menos lo esperaba me he encontrado con un documental sobre Iñaki García Ergüin que fue el primer profesor que me enseñó las bases de la pintura en las que me he apoyado toda mi vida.

Al volver del internado en Burdeos con diez y siete años se suponía que al año siguiente iría a Inglaterra para aprender inglés y después Italia para el italiano, pero no contaron con que en el poco tiempo que pasé en Bilbao me enamoré de quien sería mi marido y ya era imposible moverme de Bilbao.

Tenía tan claro que quería ser pintora que ocurrió una especie de milagro y los planetas se alinearon de tal manera que entre tres amigas, Luz Ibarra, Isabel Alcalá Galiano y yo, organizamos un estudio de pintura en un piso viejo de la calle Ledesma donde había estado instalado El Correo, periódico clásico de Bilbao con Iñaki García Ergüin que venía todas las tardes a enseñarnos lo que él sabía de pintura, que era mucho ya que en su trabajo él se basaba en el Greco y había aprendido a preparar los lienzos a la antigua usanza.

Con él aprendo tanto que, años más tarde en la escuela de Bellas Artes de Bilbao, los profesores se paraban extasiados delante de mis cuadros sin entender de donde había sacado tanto conocimiento de los procedimientos pictóricos.

De ahí en adelante mi vida se centró en la pintura aunque durante los primeros años de mi matrimonio tuve que dejarla de lado porque en dos años tuve tres hijos que acaparaban mi atención, no obstante luego estudié Bellas Artes, monté mi pequeño estudio y seguí pintando y exponiendo hasta que me rompí la pierna.

En alguna ocasión en que Iñaki vio mis cuadros en alguna exposición, me comentaba que veía su influencia aunque aparentemente estaba lejos de mostrarse.

Ha sido muy bonito recordar aquella época en la que con todo mi entusiasmo dediqué mi tiempo a aprender lo que Iñaki sabía y a conocer las galerías de arte de Bilbao en donde había mucha afición y buenas exposiciones aunque al no haber escuela de Bellas Artes, casi todo se centraba en la pintura vasca tradicional.





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