viernes, 12 de junio de 2020

CUATRO MIL CUARENTA











Leo lo que escribí ayer y comprendo que mentía.
Hago como que estoy serena pero no es cierto, tengo una especie de acelerón que me produce la vida, la sorpresa ante la vida, nunca me había sentido tan viva y agradecida.
Además no duermo suficiente, tengo tantas ganas de disfrutar de la vida que no consigo dormir las ocho horitas obligatorias.
Espero y deseo volver a mi estilo que era mas ordenado.
He publicado un video en el que muestro algunos cuadros de mi pinacoteca en el blog personal, quiero decir en el que se titula Blanca Oraa Moyua.
Tiene sentido porque estos días han estado en mi estudio Alvaro y Germán, los dueños de Subastas Bilbao XXI y de momento se han llevado unos cuantos, veinte o más para subastarlos en julio.
Tienen intención de seguir con las joyas que yo tengo.
No hablo de los míos, sino de los tesoros de mis amigos.
Rara vez he comprado un cuadro, casi todo lo que tengo han sido trueques.
He sido muy valiente, me siento orgullosa de haber permitido que se lleven todo lo que les ha gustado, no he puesto objeciones a nada y eso que a veces me dolía hasta fisicamente la idea de desprenderme de algunas piezas que no tienen precio.
Me lo he pasado bomba con ellos, hablábamos el mismo lenguaje, en el que yo he vivido inmersa desde que era una rata de galería y también a veces me presentaba en los estudios de los pintores que me interesaban y les ponía en el compromiso de enseñarme lo que hacían, así conocí a Jose María Ucelay de quien llegué a ser muy amiga y a otros de los que casi ni me acuerdo.
Con Prem Rawat he aprendido que sea consciente cuando actúe, lo que significa que piense en las consecuencias de mis acciones y cuando la decisión está tomada, confíe en que ha sido la correcta y no le dé más vueltas y lo de desprenderme de la pinacoteca era algo en lo que llevo pensando desde hace muchos años, asimismo como la necesidad de vivir en el vacío, minimalismo radical.











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