lunes, 22 de junio de 2020

CUATRO MIL CINCUENTA










Un día tan atareado que en vez de coger con ilusión el teclado lo siento como una carga.
Eso no me gusta, voy a tener que bajar mi ritmo de actividad.
Estoy decidida.
No deseo dejar de disfrutar de los pequeños asuntos que hacen que mi vida me entusiasme.
Así que hoy lo dejo aquí con el firme propósito de desescalar* perdón, me apetecía reírme un poco de lo poco que mandan los académicos de la lengua.
Así que termino, merezco un descanso, una buena cena y a la cama que según mi padre es "el mejor invento" y según Jose María Ucelay "donde mejor se está".
Estoy de acuerdo con los dos en las dos cosas y a los de la lengua les estoy perdiendo el respeto porque no se respetan ni ellos mismos.
Tal vez eliminen esa palabra del Diccionario, me refiero a "respetar" lo de desescalar queda ahí para la eternidad, eso ya no se discute, estamos abocados al pandemio universal.


*Desescalada', el término de moda que la RAE no recomendaba y que ahora reconoce












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