domingo, 4 de noviembre de 2018

DOS MIL QUINIENTOS CUARENTA Y SEIS







Hace tiempo mi hijo Jaime me dijo algo que me obligó a recapacitar.
Consideraba que yo hacía proselitismo sobre Prem Rawat.
Al principio me sorprendió porque creí que se refería al diario y pensé que se equivocaba, no obstante al reflexionar sobre el tema, comprendí que en Facebook y Twitter publico muchas noticias y anuncios de los eventos que Prem Rawat hace alrededor del mundo y lo hago a conciencia, no por afán de proselitismo sino porque tengo cantidad de amigos que le siguen con gran interés y me consta que les gusta saber lo que hace y dice.

Respecto al diario, no me parece adecuado hablar de la relación que mantengo con Prem Rawat ya que considero que es algo íntimo y personal que solo a mi concierne.
Desde tiempo inmemorial se ha escrito sobre la importancia del vínculo que existe entre maestro y discípulo y en mi caso no podía ser menos.

Llevo treinta y siete años con él, casi la mitad de mi vida y cada vez estoy más satisfecha.
Le he seguido a través del mundo y lo seguiría haciendo si me encontrara fuerte.
No tengo reparos para decir que estoy encantada y que es la prioridad absoluta en mi vida, porque lo que me enseña es a conocerme.












No hay comentarios:

Publicar un comentario