jueves, 8 de noviembre de 2018

DOS MIL QUINIENTOS CINCUENTA







Hace poco hablaba del gran cambio que he experimentado y lo que olvidé decir, es que yo misma estoy sorprendida de mi propia aceptación.
Durante muchos años, en esta época, iba a India para celebrar con Prem Rawat la gran fiesta de Diwali, el cambio de año.
De hecho, allí están ahora mis amigos.
Me encanta India, siempre me quedaba más tiempo del necesario por el solo placer de respirar la paz que allí sentía.
India es un lugar diferente, nada tiene que ver con los otros lugares que he conocido en el planeta Tierra, ni siquiera comparable con los de Asia.
India es un pequeño paraíso en la tierra. 
Los hindúes que yo conocí vivían con el corazón abierto, dispuestos siempre a ayudarme sin conocerme.
Me gustaba tanto, que hasta pensé en quedarme a vivir una temporada.
Hice algunas indagaciones pero me di cuenta de que prefería volver a occidente.
En aquella época vivía en los Ángeles y estaba muy feliz.
Me compré un método para aprender hindi y por lo menos tuve la sensación de acercarme un poco más a ese gran país, del que me fui enamorando a medida que lo conocía.

Ahora veo las fotos en Facebook.
Hoy hablará Prem Rawat.
Tengo la gran ventaja de que dados los avances de la tecnología podré ver la transmisión en directo con traducción al inglés.
Acepto con alegría poder estar viva y agradezco la cantidad de veces que he podido disfrutar de haber ido a India tantas y tantas veces en donde he sido tan feliz.

Creo que en la aceptación está el secreto.







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