domingo, 6 de diciembre de 2020

CUATRO MIL CIENTO OCHENTA Y NUEVE

 




Ayer por la tarde me aburrí tanto, que no me quedó más remedio que ponerme a reflexionar sobre el motivo de un sentimiento, que creía haber superado con todo lo aprendido en los últimos tiempos y me vino bien, porque recordé que la primera vez que me rompí la pierna, estuve tres meses en el hospital, tuve unos dolores espantosos, incluso lloraba, en aquella época no daban analgésicos.

Llegó un momento en que dejó de dolerme la pierna y empecé a encontrarme bien, pero me aburría  y comprendí que eso era mucho mejor que el dolor, así me consolaba.

Ayer llegué a esa conclusión, justo había dejado de tomar el analgésico fuerte para el dolor de rodilla y aunque ya no tenía dolor, supongo que estaría con cierto síndrome de abstinencia, porque es una pastilla que está de moda, se llama Zaldiac y se compone de Tramadol y Paracetamol, lo que significa que es un opiáceo, ya que el Tramadol contiene un elemento que resulta adictivo.

Estoy encantada, ahora solo tomo Paracetamol, es una medicina más sencilla que me va muy bien, en Cruces la utilizan para todo y funciona.

Al darme cuenta de lo que me pasaba, me tranquilicé y después de haber intentado ver dos películas sin conseguir concentrarme, puse un documental de Ai Weiwei, Yours truely, el que hizo al salir de la cárcel, cuando todavía no le habían devuelto el pasaporte y me distraje durante un buen rato.

He seguido de cerca a Ai Weiwei desde hace muchos años y he visto sus exposiciones y la película  sobre su vida, en la que muestra su estudio y cómo trabaja con su equipo; también relata con gran sinceridad y humildad que tuvo un hijo con su amante y lo difícil que resultó explicar eso a su mujer.

En la realidad solo he visto una exposición que hizo en el palacio de la Virreina, Barcelona, hace años, había ido allí para asistir a una conferencia de Prem Rawat y me encontré con la maravillosa sorpresa, me conmovió sobremanera además de inspirarme, es un artista muy valiente, ha sufrido desde pequeño los rigores de la dictadura del régimen comunista que hizo desaparecer a su padre, notable poeta chino al que enviaron al exilio.

En Yours Truly, el documental que empecé a ver ayer y que levantó mi ánimo, Ai Weiwei organiza una exposición en la prisión de Alcatraz sin moverse de su estudio en donde estaba confinado, rinde homenaje a la libertad  y a los poetas que estuvieron prisioneros por sus ideas e ideales.







No hay comentarios:

Publicar un comentario