lunes, 30 de mayo de 2022

CUATRO MIL SEISCIENTOS OCHO

 




Hoy he hecho un gran esfuerzo para acoplarme a la vida normal, ha consistido en hacerme un facial, que es una limpieza de cutis, algo que necesitaba desde antes de la leucemia, o sea, hace más de tres años.

Parecerá una bobada pero la última vez que lo intenté no fui capaz de aguantar en la camilla por lo que decidí levantarme y marcharme a mi casa, hoy he aguantado pacientemente y estoy contenta porque realmente lo necesitaba.

Me hace feliz darme cuenta de que poco a poco voy haciendo las pequeñas cosas que hacen que me encuentre bien, ahora estoy cansada porque ha sido un día desordenado, no obstante me ha compensado. 

He hablado con una compañera del curso de Escritura, Carmen Aldámiz y me ha recomendado libros y una película, la pena es que lo que todavía no acabo de encontrar es un taller de escritura que me convenga, tampoco lo busco demasiado pero sé que me vendría bien y hacerlo por zoom es fácil y sería un buen empujón para seguir escribiendo.

De momento no me quejo, voy avanzando, lenta pero segura.





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