domingo, 22 de agosto de 2021

CUATRO MIL TRESCIENTOS SETENTA Y TRES

 





Más que interesante el documental sobre Peggy Guggenheim, es una manera maravillosa de acceder al arte del siglo veinte.

He tenido que verlo en dos veces e intentaré volver a verlo más adelante porque tiene mucha información sobre el arte del siglo veinte, que es el que más he estudiado y al que pertenezco.

Hoy en día todo va muy deprisa, no permite reposar las ideas ni examinarlas desde varios puntos de vista, casi pretenden darte la opinión que todavía no has formado.

Me siento identificada con Peggy Guggenheim en el sentido de guiarme por la intuición, aunque creo que ella la tenía todavía más desarrollada que yo que es mucho decir, porque la mía ha sido casi clarividente, tal vez hoy en día haya perdido esa conexión directa de la que tanto me he beneficiado hasta el punto de que también a veces me ha perjudicado por confiar demasiado en ella.

Peggy Guggenheim me ha encantado, es una persona auténtica que supo pasar por la vida haciendo exactamente lo que le apetecía y en eso coincidía con los artistas.

Me he sentido fascinada por la confianza en sí misma y su alegría de vivir y divertirse y sobre todo, por su ojo para encontrarse con los mejores artistas de su época y ayudarles para que puedan llevar a cabo su trabajo.

Era una persona que dedicaba su vida a la pintura que hacían los artistas y de paso se relacionaba con ellos  con los cuales se divertía más que con personas de otras profesiones.

Si algún día se me curara mi rodilla me encantaría ir a Venecia para visitar su maravilloso museo, creo que me va a gustar más que el de su tío Salomón de Nueva York, que he visitado todas las veces que he estado en esa ciudad.

No obstante nunca he tenido la oportunidad de ir a Venecia, solo he sentido fuerza para ir a los lugares donde Prem Rawat daba conferencias y mi capacidad para viajar, algo que me resulta tan cansado, la he reservado para verle, no obstante creo que el museo de Peggy merece mi esfuerzo.

No podría decir que me guste viajar, me resulta muy cansino.

En un viaje a California antes de conocer a Prem Rawat, en aquella época viajaba bastante,  en Los Ángeles, en pleno Disneylandia, esperando en una cola a pleno sol, me di cuenta de que a mi me gusta echar la siesta después de comer y eso es más importante que hacer turismo.


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