sábado, 30 de mayo de 2020

CUATRO MIL VEINTINUEVE











Mi madre era machista declarada pero cuando le convenía se volvía feminista sin ni siquiera saberlo.
Por ejemplo, un día en que íbamos en mi coche, me contó que había tenido una conversación importante con mi padre.
Se trataba de la herencia, así que la escuché con los cinco sentidos porque el tema me atañía en sumo grado.
Me dijo que mi padre, sin consultarlo con ella, había estado con el notario para hacer testamento y nos había hecho herederos a los hijos y a ella usufructuaria, por lo que podría vivir muy bien pero sin mandar, sin ser dueña de nada.
Ella le dijo que era muy bonito pero poco práctico, así que le animó a cambiarlo.
Supongo que a mi padre no le haría ninguna gracia pero tampoco querría que ella se enfadara y no le quedó más remedio que acatar.
Ella había construido unos argumentos capaces de convencer a cualquiera, tenía sus razones.
Le dijo que el dinero que él había conseguido trabajando como agente de bolsa lo habían ganado juntos porque ella lo había administrado con mucho orden y cabeza y se había sujetado a las circunstancias, tanto cuando las vacas estaban gordas como delgadas, siempre a su lado, sin quejarse y haciendo milagros en muchas ocasiones ya que pasaron la guerra con niños pequeños y tuvo que hacer malabarismos para alimentar a todos.
Argumentos bastante convincentes porque es verdad que era una mujer de gran carácter, muy trabajadora, inteligente, a la que nada se le ponía por delante, capaz de resolver cualquier problema, daba igual que fuera un imposible, ella podía con todo.
Tuvo once hijos.
También debo decir en honor a la verdad que mi padre era un mimado, su madre tenía Edipo y cinco hermanas que suspiraban por sus huesos.
Jamás entró en la cocina ni vio un guisante en su plato, los detestaba.
Si a mi padre le interesaba invitar a gente importante mi madre organizaba todo encantada de la vida, nunca opuso un reparo a ese tipo de compromisos que yo jamás aceptaría.
En el fondo mi madre tenía razón, así que cuando murió mi padre, ella heredó el dinero suficiente para sentirse a gusto.










No hay comentarios:

Publicar un comentario