lunes, 18 de mayo de 2020

CUATRO MIL DIEZ Y NUEVE










Evito por todos los medios la negatividad y con más razón recrearme en ella no obstante  hoy he sentido algo doloroso que me ha hecho daño, sobre todo tratándose del mundo del arte en el que parece que debería existir un permisividad más libre que en los demás contextos.
No es así.
Se trata de que hace años, tal vez doce, yo hice una performance sobre el Guggenheim Bilbao que publiqué en YouTube y tuvo gran repercusión.
La proyectaron en el Instituto Cervantes de Estocolmo, en el Reina Sofía de Madrid e incluso en el Guggenheim Bilbao.
Alcanzó tanto éxito que me lo quitaron de Youtube por motivos de Copyright, creo y de paso me quitaron mas de mil videos en los que estaba concentrado el trabajos de muchos años.
Gracias a María Seco que había guardado el original que se llamaba "Conversaciones con Thomas Krens" pude recuperarlo y cambiarle el nombre, con el propósito de que pueda seguir circulando porque sin lugar a dudas es mi mejor performance.
Estos días que tengo ganas y tiempo, estoy tratando de recuperar los originales de aquellos videos que me robaron impunemente y al ver uno detrás de otro leyendo los títulos, he comprendido que eran importantísimos, han destrozado mi trayectoria con el agravante de que en mis actuales condiciones ya no puedo pintar y en muchos de esos videos se encontraba memoria de muchas exposiciones con cuadros que ya están vendidos y a los que no he seguido la pista por lo que sería imposible hacer una antológica.
Lo he sentido de verdad y no sé qué hacer ¿a quien puedo pedir una explicación?
Me conformaría con que me devolvieran todos los videos excepto el de Thomas Krens , con el cambio de título ha perdido el tirón.
Conocí a Thomas Krens en una taberna de Basurto que se llamaba Rogelio.
Me pareció encantador, estaba entusiasmado con la idea de montar otro Guggenheim en Brasil creo, o tal vez en Dubai.
Le volví a ver en una inauguración y fue después cuando se me ocurrió hacer la performance.
Justo cuando la estaba terminando me enteré de que le habían echado o algo parecido y añadí la segunda parte.
Ahora se llama: Desde el anonimato












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