lunes, 4 de mayo de 2020

CUATRO MIL SEIS











De una manera tranquila, sin prisa, sin molestias, noto que estoy aprovechando bastante bien estos días de confinamiento aunque no me va a quedar más remedio que salir un poco aunque solo sea para moverme porque estar sentada todo el día delante del ordenador me tiene anquilosada, no me va bien, estaba mejor cuando me movía.
Hoy por la mañana he tenido consulta con el hematólogo, me ha llamado por teléfono y me ha dicho que mi médula esta muy bien, lo cual significa que la sangre también ya que hace lo que le manda la médula.
De ahora en adelante solo tendré controles.
Se me ha ocurrido preguntarle a ver si me daba el alta y me ha dicho que en una leucemia no se da el alta antes de cinco o diez años por lo menos.
O sea que lo que tengo que hacer es vivir tranquila, cuidarme y aceptar lo que la vida me traiga porque la leucemia no se puede prevenir, sucede que una proteína muta y deriva en esa enfermedad que se presenta de formas variadas.
Lo bueno de la mía es que tiene tratamiento, eso es lo mejor de todo.
A las doce he asistido a una clase de macrobiótica online en la que Daniel Mayor hablaba sobre huesos y articulaciones.
Me ha inspirado muchísimo.
Aparte de que creo firmemente en los beneficios de la macrobiótica porque los he experimentado, a veces necesito recordarlo porque me olvido y gracias a la clase de hoy me siento con más fuerza y confianza para seguir en el camino que emprendí en su día y que a veces dejo de lado por desidia.
Es bueno tener tantas facilidades para poder ocuparme de los asuntos que me interesan.
Por la tarde he tenido una multiconferencia sobre un asunto de voluntariado en el que tengo gran interés.
Un día muy completo.
Estoy contenta.
Me gustan los lunes.









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