Reconozco que leer es algo que no solo me gusta desde que era muy joven, sino que me ha salvado la vida en varias ocasiones.
Recuerdo que cuando tenía trece o menos años, me invitó a pasar unos días de verano en su casa de Vitoria, la que era mi íntima amiga en el colegio.
Pronto me di cuenta de que no me encontraba a gusto pero no me atrevía a decir que quería volver a mi casa y tuve la suerte de ir a una biblioteca pública, donde pronto noté que me encontraba a gusto leyendo, los libros me salvaron la vida.
Aprendí que donde mejor estoy es en mi casa y sigo pensando lo mismo desde entonces.
Me invitaban muchas veces, era algo que estaba de moda y de paso yo también invitaba, claro, pero en el fondo estaba deseando estar en mi casa tranquila y sin invitadas, sigo pensando lo mismo.
Leer me ayuda a concentrarme en un mundo que sin ser el mío, me interesa.
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