jueves, 14 de marzo de 2024

CINCO MIL NOVENTA Y OCHO

 




Me observo cada día y no me reconozco, paso la mayor parte del tiempo viendo televisión y recuerdo que hace unos años me parecía que ese plan era para enfermos, por lo que me deshice de un magnífico y gigante retroproyector y durante unos cuantos años no tuve televisión, hasta que murió el padre de mis hijos y trajeron las que él tenía.

Regalé a dos amigas que todavía tenían aparatos antiguos de aquellos que ocupaban mucho por detrás, los que a mi me sobraban y yo empecé a familiarizarme con el mío, hasta que he llegado a esta época tan sosa en la que vivo ahora y tengo la sensación de que veo series que sigo con auténtico interés.

Antes me gustaba ver películas y series pero ya ni eso.

Me da vergüenza que mis hijos me vean, intento ser humilde, ha sido un año duro.






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