lunes, 22 de agosto de 2022

CUATRO MIL SEISCIENTOS SESENTA

 




A veces la cabeza me falla; a pesar de que sabía que hoy tenía un webinar a las nueve de la noche, he ido a la cita que tenía a las tres de la tarde para hacerme la radiofrecuencia en la cara que me hacía mucha falta.

Como era de suponer, he salido del centro de estética con todo el pelo grasiento, menos mal que había aparcado muy cerca y no me he encontrado con nadie porque os puedo asegurar que tenía una pinta espantosa.

Lo malo ha sido que me he tenido que duchar y lavar la cabeza porque no soporto tener el pelo grasiento y ahora estoy recién duchada, con el pelo mojado y no muy preparada para mostrarme delante de veinte personas porque con el calor que hace soy incapaz de secarme la cabeza y después de todo lo que me han puesto en la cara, nada me apetece menos que maquillarme, así que ya he cambiado hasta de manera de ser.

Antes yo era bastante presumida, me gustaba estar arreglada pero no sé si será porque me considero viejilla o porque me veo rara que todavía no me he maquillado ni una sola vez desde que tuve la leucemia. 

Todo me influye.

Espero que esta época se pase y vuelva a ser como era antes porque tenía más seguridad en mí misma aunque claro, los años no se pueden esconder aunque me empeñe.




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