viernes, 5 de agosto de 2022

CUATRO MIL SEISCIENTOS CUARENTA Y SEIS

 




Voy a contaros una historia que me ha sucedido en la familia de una persona a la que conozco bastante y de quien me fío plenamente.

Parece ser que tenían pensado ir a visitar a la abuela de la niña de doce años ya que el domingo pasado era su cumpleaños.

Por motivos de trabajo el padre no podía ir, por lo que se decidió que fueran la madre y la hija.

A la niña no le hizo mucha gracia y lo hizo saber pero nadie se dio por aludido, las apetencias de la niña no se tuvieron en cuenta. 

Llegó el día de la partida y cuando iban a preparar la maleta la niña había desaparecido, la buscaron en todas partes y no apareció.

Los padres, que no eran tontos se dieron cuenta rápidamente de que la desaparición de la niña había sido una escapada para evitar ir a casa de la abuela, aunque no les hizo gracia, lo aceptaron y la madre cogió ella sola el avión.

Al cabo de unas horas, cuando estuvo segura de que la madre no estaba en la casa, apareció la niña y contó que había estado dando un paseo por la ciudad.

Así es como la niña evitó ir a visitar a su abuela, un plan que no le apetecía demasiado.





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