domingo, 21 de agosto de 2022

CUATRO MIL SEISCIENTOS CINCUENTA Y NUEVE

 




A pesar de que ya no hace tanto calor, el caos sigue apareciendo en el momento en que pongo la televisión, se queman los bosques y la gente sale huyendo despavorida sin saber donde van a pasar la noche.

Si por casualidad se me ocurre enterarme de lo que está pasando en Ucrania, lo que cuentan me produce escalofríos, no me fío de nada ni de nadie.

Han matado a la hija del filósofo que daba ideas a Putin.

Cuentan una cosa y luego la abandonan.

Ahora parece ser que quieren que la gente coma cereal en vez de carne.

Hay grupos muy potentes que quieren llevar las riendas del mundo, entre ellos Black Rock.

No puedo dar información porque lo que a mí me llega son migajas que ni siquiera están coordinadas.

No entiendo lo que pasa pero algunas cosas son evidentes, como que el hielo se deshace en la Antártida y algunas islas están hundiéndose, son cosas verificables.

Yo noto que todo va muy deprisa y ciertas cosas me resultan extrañas.





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