miércoles, 17 de agosto de 2022

CUATRO MIL SEISCIENTOS CINCUENTA Y CINCO

 




Ayer tenía intención de salir con Pizca para tomar algo y como me había dicho que me llamaría esperé y al ver que pasaba el tiempo y el teléfono no sonaba me animé a ver el documental "Amando a Highsmith" ya que todo lo referente a escritoras me interesa y ella en especial.

No se puede decir que sea una buena obra pero ayuda a conocer a esa mujer que tuvo una vida intensa y ciertamente desgraciada de la que la escritura la salvó.

En un momento dada le preguntan a la persona que llevaba el peso de la historia algo referente a protagonistas femeninas y contestó lo siguiente:

"A las mujeres les gusta leer sobre hombres y a los hombres también les gusta leer sobre hombres, por eso hay tantos protagonistas masculinos, es una cuestión de dinero".

Es un tema que yo me he preguntado muchas veces, no obstante mi respuesta sería diferente:

A mí me gusta que el protagonismo de los libros y las películas lo lleven las mujeres, me interesa más lo que sienten y piensan las mujeres, sobre todo cuando son personas que tienen vida propia y no anteponen su marido y sus hijos a su trabajo personal, me gusta entrar en el interior de las mujeres, me encantan las autobiografías, sobre todo de las que viven volcadas en su mundo interior aunque se ocupen de sus hijos, sus padres y sus maridos, en caso de que se lo merezcan.

Patricia Highsmith es una mujer interesante con gran talento, muchas de sus novelas se convirtieron en guíñese cinematográficos, guardo un magnífico recuerdo de "El talento de Mr. Ripley" y si no fuera por lo mal que lo paso cuando las personas engañan, creo que volvería a verla con agrado, sin lugar a dudas la recomiendo encarecidamente a quien no la haya visto todavía, creo que es una magnífica película además de original con estupendos actores.

Viendo el documental de Highsmith se despertaron en mí esas ganas de escribir que tenía adormiladas y he dejado de pensar que estoy seca, he estado quejándome como un bebé que hace pucheros, creo que por vagancia, aunque nunca he sido vaga pero me he aferrado a los últimos años que han sido duros por las enfermedades y no sin afirmar que la enfermedad debilita, ya ha llegado el momento de espabilar, dar un puñetazo en la mesa y decir: 

¡Basta! ¡Hasta aquí hemos llegado! 

Así que de momento dejo de buscar talleres de Escritura, me siento ante el ordenador por la mañana y a escribir, ya tendré tiempo de corregir e incluso de eliminar lo que no tenga interés.

Me gusto cuando me siento un ser humano con unos talentos que no se deben perder.

Decía Patricia Highsmith que no escribir cuando se tiene el talento para hacerlo es como cuidar un huerto con esmero y quemarlo cuando llega el momento de la cosecha.

No quiero ser ese huerto, tal vez hasta ahora ha tenido sentido el hacerlo porque he padecido mucho dolor pero eso ya acabó, ahora lo único que falta es que la rodilla me impide andar con soltura pero precisamente para escribir, más bien necesito estar quieta y mover los dedos sobre el teclado.

No puedo negar que desde que tuve la leucemia he puesto todo mi esfuerzo en mantener el espíritu alto, en no quejarme e intentar cuidarme para volver a ser lo más parecida posible a lo que recuerdo de mí, las secuelas me han hecho una persona diferente, he perdido memoria y cabeza pero he ganado en humildad y aceptación, no he perdido el tiempo.





 

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