sábado, 27 de agosto de 2022

CUATRO MIL SEISCIENTOS SESENTA Y CUATRO

 




Empecé con entusiasmo a leer los libros de Zweig que tanto me gustaron en su día y me distraje con las recomendaciones que me hacen en Amazon haciéndome creer que conocen mis gustos y caigo en las redes como un cuy* a pesar de mi edad y experiencia.

Por más que lo intento no consigo darme cuenta de que el trabajo de los que me escriben es tomarme el pelo y el mío, evitar que lo consigan.

Pues bien, como iba diciendo me dejé llevar y me dediqué a leer autobiografías que es un género que realmente me gusta e interesa, no obstante, ayer, cuando ya estaba desesperada por no encontrar un libro que realmente se ajustara a mis necesidades, volví a mi querido Stefan Zweig y me devolvió la alegría.

Me encanta cómo escribe, le considero elegante y me hace feliz tener uno de sus libros en mis manos, considero que respeta al lector.

El libro que empecé ayer "Veinticuatro horas en la vida de una mujer" me sonaba mucho, empecé a leerlo y captó mi interés, no me importaba haberlo leído hace tiempo, me gusta tanto la manera de escribir de ese autor y caballero que estoy dispuesta a leer y releer sus libros con deleite, además tengo la seguridad de que puedo leer muchos, ya que es un autor muy prolífico.

Lo que me resulta difícil es encontrar los enlaces de los libros, no consigo manejarme con facilidad en Google Analytics, tengo que intentarlo una y otra vez hasta que alguien me ayuda o por casualidad encuentro lo que busco.


*Cuy: conejillo de Indias. En este caso usado como metáfora lingüística.








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