domingo, 9 de enero de 2022

CUATRO MIL CUATROCIENTOS OCHENTA Y SIETE

 





He visto una película sueca muy especial, diferente a lo habitual, lenta y bonita, me he animado a verla porque la crítica decía que era una de las mejores películas suecas.

Ha habido momentos en los que me he identificado con la situación de la protagonista, me recordaba a una relación que tuve con un artista, aunque no era granjero vivía en un caserío en pleno monte y comprendí que eso no es mi estilo, es muy romántico al principio pero a la larga yo prefiero vivir en un piso de cemento cerca de la ciudad. 

Cuando era jipi la ilusión de mi vida era vivir en un caserío en la naturaleza y cuando lo conseguí me pareció imposible, sin teléfono, con una cocina de carbón, se llamaba económica y nos alimentábamos de los huevos que ponían las gallinas con las patatas que vendían en un caserío cercano, adelgacé muchísimo, al principio estaba encantada pero pronto la magia se convirtió en lo contrario, era más feliz en mi piso de cemento de Las Arenas con tiendas y todas las comodidades que ofrece la ciudad.

Me encanta ir al campo de paseo, ahí termina todo para mí, sabiendo que luego vuelvo a la civilización.

La película se llama "Bajo el sol" año 1998.

Probablemente si me hubiera fijado en el año no la habría visto.






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