lunes, 3 de enero de 2022

CUATRO MIL CUATROCIENTOS OCHENTA

 




Estoy leyendo los diarios de Sylvia Plath, los cuales a pesar de resultar un poco antiguos de mentalidad, están muy bien escritos y me han hecho pensar en que tal vez yo debiera dejar de ser tan concisa en mis textos, parecen un simple repórter, no están enriquecidos con detalles, ando dando vueltas a ese tema.

Por otro lado cualquier cosa me parece mejor que resultar aburrida y las descripciones en general no las considero necesarias, aunque comprendo que a veces unas pinceladas son importantes para entrar en contexto.

Tengo que seguir aprendiendo y llegar a saber exactamente lo que quiero.

El profesor que tenía antes, Iñigo Larroque, me dijo que tenía voz propia, es algo pero no es suficiente.

Ana Nieto Churruca me habló de la importancia de tener una marca personal, no sé si quiere decir lo mismo, tampoco sé si a Ana Nieto le interesa la literatura o solamente conseguir que se vendan los libros que publicamos con ella.

Lo que yo quiero es hacer bien el trabajo al que me estoy dedicando y en eso entran tanto el fondo como la forma, además de que esté basado en hechos reales, ya que cuento mi vida tal cual, así como lo que pienso.

Algunas de las personas que me siguen lo hacen con asiduidad y sus comentarios son interesantes y complementan lo que yo escribo, eso significa que existe comunicación que es exactamente lo que yo pretendo, justo eso, expresarme y ser entendida.

De momento no tengo intención de extenderme en explicaciones gratuitas, no lo considero necesario.





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