domingo, 23 de enero de 2022

CUATRO MIL CUATROCIENTOS NOVENTA Y OCHO

 





Creía que lo que me interesaba del libro de Galder Reguera estaba leído, sin embargo he sentido el deseo de echarle una última ojeada para saber algo más de mi querida amiga Carmen Olábarri que no está en internet, por lo que desconozco qué es de su vida actual.

Cuando Emilia Palacios vivía la veía de vez en cuando porque ellas también eran amigas y a veces coincidíamos pero ahora ya no tenemos lazos en común, yo casi no salgo de casa ni voy a las inauguraciones.

Así que mirando el libro sin profundizar, me ha sorprendido ver que su hijo nos nombra a Manolo Gandía y a mí como compañeros de Bellas Artes.

También he recordado que fuimos a visitar a Carmen y Javi cuando vivían en Ataun, son buenos recuerdos que me vienen a la cabeza pero están escondidos, como un camarote que nunca se abre porque de repente recuerdo cuando exponíamos en Arteta y pasábamos mañanas enteras en la galería charlando con Juan Elúa que nos trataba como si fuéramos los mejores artistas del mundo, hasta nos presentó en Polonia y Praga como pintores vascos actuales.

Yo mandé una cajita con gudaris y más tarde Elúa me confesó que no me la habían expuesto por si acaso tenía una bomba dentro.

Fueron tiempos dichosos.





No hay comentarios:

Publicar un comentario