jueves, 16 de noviembre de 2017

MIL SESENTA Y UNO









Cada día me gusta más Margaret Atwood.
He leído “El cuento de la criada” y me ha parecido magnífico.
La serie, de la que solo han publicado la primera parte, me mantuvo hipnotizada, nunca había visto algo parecido y aunque basada en el libro, parecía una historia diferente, estoy esperando a que salga la segunda parte con verdaderas ganas.

Hace poco vi “Alias Grace” que no solo me encantó, sino que aprendí a profundizar en los misterios psicológicos del ser humano.
La novela está basada en un hecho real, que le sucedió a una chica a la que acusaron de asesinato.
Está tan bien hecho, que hace pensar en las capacidades del ser humano para engañar y engañarse.
Sigo pensando y dando vueltas a mi cabeza, cada vez más sorprendida del talento de algunas personas, tal vez más de lo que creemos.

Tengo buenos amigos que tienen trastornos mentales graves y he observado que son capaces de mantener un comportamiento inmejorable, una conversación inteligente y solo se nota que pierden la compostura, cuando se ponen nerviosos y no consiguen resolver lo que ellos consideran graves problemas.

En una ocasión, una chica a la que conozco bastante y es lista y muy educada, se pasó la mañana llorando porque se le había roto la lavadora.
Me lo contaba en un bar, mientras tomábamos el aperitivo.

En eso casos pueden ponerse agresivos, aunque solo verbalmente y son incapaces de razonar.
Pueden dar miedo.

Debido a mi toxicomanía, he estado ingresada en dos ocasiones y no puedo decir que lo pasara mal del todo, porque me entendía con la gente con bastante más facilidad que en la calle.

En general, las personas que padecen problemas mentales tienen una sensibilidad exagerada, tal vez sea esa una de las causas que les conduzca a que les estalle la cabeza.

Creo que ha sido en esos psiquiátricos, Zamudio y Elizondo, donde he encontrado personas con las que me he sentido a gusto desde el primer momento.
Suelen hablar con aparente franqueza aunque claro, nunca se sabe si lo que dicen es una invención, pero resulta coherente.

La primera vez que me dio una tetania (1) me hicieron toda clase de revisiones, parecía una autopsia y el diagnóstico final fue así:

“La paciente se encuentra actualmente dentro de los límites de lo normal”.

Me quedé tranquila pero eso no impidió que me dieran tres tetanias en los años siguientes.




(1) Es caracterizada por un aumento de la excitabilidad de los nervios, espasmos musculares, temblores o contracciones musculares alternadas.









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