martes, 11 de julio de 2017

TRESCIENTOS VEINTISEIS







He ido a la UPV, al edificio de BBAA para recoger los cuadernos fotocopiados de la tesis doctoral de mi hijo pequeño.
Además de lo orgullosa que me siento, me ha hecho ilusión acercarme a un espacio en el que estudian los artistas contemporáneos bajo la tutela de mis compañeros de carrera, ya que yo, aunque nunca pisé la UPV actual por pertenecer a la primera promoción, siento el espíritu del arte allá donde se dé importancia a ese asunto.
He tenido la suerte de encontrarme con Daniel Tamayo, magnífico pintor y mejor compañero, con quien hice toda la carrera o grado, desde el principio hasta el final.
Me ha contado que “ser artista es hacer las cosas bien” y que Oteiza decía:

Todos los vascos somos artistas porque todo lo hacemos bien.

Parecía que me estaban esperando con los cuadernos de Her Doctor como llamarán a Mattin de ahora en adelante.


Yo creía que sería el primer doctor de mi familia pero se lo he preguntado a mi hermano Gabriel y me ha dicho que él también es Doctor Ingeniero Industrial, que en aquella época no había especialidades.
También me ha contado que en Alemania le hacían reverencias, que era algo que estaba muy considerado.
Esperemos que las cosas no hayan cambiado y sigan respectando a los doctores.

La verdad es que ir a BBAA me ha puesto de buen humor.
No es que estuviera de mal humor, pero la noticia que me ha dado la doctora de digestivo es que tengo muy bien el hígado, que estoy en el primer grado, que es el más bajo por lo que, de momento sigo sin tener acceso a la medicación. 
Por un lado es una buena noticia porque eso significa que estoy bien pero como el doctor Álvarez de Mon tiene tanto interés en que me quite el VHC, de momento lo único que puedo hacer es esperar y seguir dejando que me hagan TACs, FibroScan, análisis y todo lo que les apetezca.
Me encuentro en una situación un poco ridícula.
Por un lado estoy cuidándome más que nunca, por lo que tengo unos análisis estupendos y ese es el motivo, de que no me quieran medicar para eliminar el VHC.
Me pregunto:

¿Sería mejor que metiera basura en el cuerpo para que me suban las transaminasas?

La semana que viene cuando vea al Profesor, le hablaré de mi dilema.

Con lo sencilla que es la vida, a veces parece que no se sabe por qué camino tirar, aunque yo tengo claro que sería absurdo dejar de cuidarme justo ahora queme encuentro tan bien.

Ni hablar del peluquín.





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