viernes, 7 de julio de 2017

TRESCIENTOS VEINTIDOS







Ayer tuve un dia encantador.
Salí tarde de casa con idea de hacer un plan completo, como cuando viajo, que paso por alto la comida.
Me encanta esa manera de vivir sin perder tanto tiempo en las comidas.

Pues bien, me fui directamente a Artea, centro comercial donde está mi peluquería, Jean Louis David y mientras esperaba a que me llamaran, me encontré con Alejandra, una pintora con quien mantuve una gran amistad antes de que ella se casara, tuviera hijos e hiciera esas cosas que hacemos algunas mujeres durante algunos años de nuestra vida, en los que te alejas de tus amigas y de tu profesión y te dedicas a mimar al maridito y a ocuparte de los niños y de la casa.
Me dio mucho gusto estar con ella, nos conocemos y estuvimos unidas durante varios años.

Después, animada y con ganas, me fui a Bilbao para ver la exposición de Bill Viola en el Guggenheim, que me encantó.
Disfruté de verdad, sus videos son muy profundos y de gran sensibilidad.
Solo hubo un momento en que me sentí afectada en una sala, en la que hay una serie de piezas que muestran personas debajo del agua, como si estuvieran a punto de ahogarse.

Mi hijo Carlos se ahogó en el mar y desde entonces todo lo relativo a ese tema me toca unas fibras demasiado sensibles, que prefiero evitar.
Bastante esfuerzo he tenido que hacer para superarlo, si es que lo he conseguido, como para que me lo recuerden sin necesidad.

Pasé a otra sala como si no hubiera visto nada, tratando de engañarme a mi misma y pronto vi una pieza que me tranquilizó:

La habitación de Catalina

Consta de cuatro videos y es de una delicadeza extrema.

El plan no pudo ser más completo, porque a las siete de la tarde, en el Auditorio del museo, proyectaron el video más largo de Bill Viola:

I do not now what it is I am like (extraído de Los Vedas)

Lo presentó Lucía Aguirre, curator del Guggenheim Bilbao y de esta exposición en concreto.
Lo hizo rápido y bien, de tal manera que ayudaba a comprenderlo mejor.

Me pareció magnífico, a pesar de que tal vez no resultaba fácil de ver, a juzgar por las personas que se fueron.

Tengo ganas de seguir investigando la obra de Bill Viola, ya que nunca me había metido a fondo, porque los videos de artistas me suelen dar cierta pereza, pero Bill Viola es demasiado interesante como para no dedicarle mi atención.











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