domingo, 2 de julio de 2017

TRESCIENTOS DIEZ Y SIETE







Rara vez me hacen comentarios pero hace poco, en un diario en el que hablaba sobre diferencias ideológicas, una chica llamada Marcela, comentó:

“La ideología mata” (sic)

Me hizo recapacitar.
Reflexioné y llegué a la conclusión de que tal vez utilizar la palabra “mata” resulte excesivo, pero después de pensarlo, me he dado cuenta de que tiene cierta razón.
No sé si mata, pero de lo que estoy segura es de que separa, lo cual es más que suficiente para pensarlo un poco.
Eso de tener ideas muy formadas y tener seguridad en asuntos que cambian constantemente, es una especie de alimento del ego, que yo intento evitar.
Si lo único que me importa es vivir feliz y estar tranquila, más me vale ocuparme de mis asuntos y no tratar de solucionar la trayectoria del mundo.
Bastante me cuesta ordenarme a mi misma y saber lo que me conviene.

Lo bueno de los comentarios es que nos ayudan a pensar, por eso yo estoy activa en FB.
Lo considero una interesante fuente de información y aprendizaje.
Además, así como estar con gente en la calle exige esfuerzo, desde el ordenador, poco a poco voy creando amistad con personas, con las que, en mayor o menor medida, tengo cierto entendimiento y aprendo sin salir de casa, lo que resulta conveniente para mi actual estado.

No hago caso a todo lo que dicen sobre eso de que los seres humanos nos estamos convirtiendo en máquinas, que no nos tocamos, ni hablamos, ni nos abrazamos.
Tampoco estoy de acuerdo en que sea malo para los niños que les compren un iPad a los dos años, ya me hubiera gustado a mi haber tenido una preparación informática y disfrutar de más facilidad para tratar de entender cómo funciona el sistema binario.

No niego que cuando me enseñaron a escribir me habría gustado ser amanuense, trataba de tener la letra más bonita del mundo, pero a fuerza de no escribir cartas que es lo que hacía, mi letra se ha deformado, ya que ahora lo único que hago es hacer algún apunte deprisa y corriendo, para meterlo en alguno de mis dispositivos.

Al principio, a todo lo nuevo se le saca defectos.

Tanto en el mundo de la ciencia como del arte, las matemáticas, la educación, la física, el deporte, la maquinaria, la alquimia, la teología, todo evoluciona, cambia, se mueve, surgen teorías  y se organiza la revolución copernicana.
Ya veremos cuando el G5 se instale de manera global, algo que nos parecía imposible hace semanas, de repente se convertirá en imprescindible y como no vaya a la velocidad del rayo, empezaremos a protestar como si hubiéramos pertenecido a esa generación desde que nacimos.

Yo voy poco a poco haciendo mi caminito.










No hay comentarios:

Publicar un comentario