miércoles, 5 de julio de 2017

TRESCIENTOS VEINTE







Veo cómo el mundo va marcando las diferencias entre las personas y me alegro de haberme dado cuenta de lo poco que me importa.
Habiendo sido una rata de galería desde muy pequeña, pronto empezaron a invitarme a las inauguraciones, a las que acudía con toda la pasión del artista adolescente.
Me encantaba conocer a los artistas y les escuchaba embelesada.
Lo mismo hacía con los galeristas de Bilbao, que a la sazón dirigían sus galerías de arte con un entusiasmo genuino.
Sabían que yo no compraba cuadros, pero me hacían tanto caso como si fuera una coleccionista de primera.
Recuerdo con verdadero cariño a Otaño y su galería Illescas, cuna del arte en el Bilbao de los años setenta.
¡Qué decir de Jose Luis Merino y Grises, donde tuve oportunidad de conocer a los pintores madrileños!
Podría seguir hablando de Juan Elúa y su galería Arteta donde tuve el honor de exponer en varias ocasiones y hasta me llevó a Polonia y Praga:

EUSKADI MARGOLARITZEN-EUSKADI EN POLONIA Y PRAGA 

Allí era recibida con tanto cariño, que me emociono al recordarlo.
Y ¡cómo no mencionar Windsor! 
Donde empecé conociendo al padre de los que más tarde serían los más eruditos en el arte contemporáneo de la villa de Don Diego López de Haro.
Allí expuse en algunas colectivas y también fui muy feliz.

Este memorándum viene a colación porque he recibido una invitación muy elegante del Museo de Bellas Artes de Bilbao, también conocido como museo del parque, que hasta hace unos años ha sido como mi segunda casa y ahora se ha convertido en algo diferente, a donde casi me da miedo entrar.
He sido amiga de este museo desde que "inventaron" eso de “Amigos del Museo”. 
Antiguamente la entrada era gratuita para todos, iba muy poca gente, casi siempre estaba vacío.
De repente decidieron cobrar entrada y yo me hice amiga.
Con esa tarjeta me invitaban a todas las inauguraciones a las que solía acudir y me encontraba con gente que conocía.
No es que hubiera un ambiente de amantes de la pintura, era más bien una manera de hacer vida social.

Pues bien, la invitación que hoy he abierto con cierta sorpresa porque ya han cambiado de director, tiene en una parte una foto del cuadro de Goya titulado “Maja y Celestina al balcón”, precioso como no puede ser menos, tratándose de don Francisco.

Y en el otro lado, el director, no pone nombre, me invita a:

 “La apertura previa y exclusiva para los Amigos del Museo de la exposición Colección Alicia Koplowitz”.

Jueves 27 de julio de 2017
La exposición podrá visitarse entre las 17:00 y las 19:00 horas, presentando esta invitación, válida para dos personas. (sic)

Doy por descontado, que cuando se termine este acto, se celebrará la inauguración verdadera con los mandatarios, gerifaltes, políticos, “gente conocida” y alguno que se colará.
La verdad es que no me extraña, porque las inauguraciones anteriores a las que estaban invitados todos los amigos, parecían verbenas.
Se podía tomar un vino de Paternina banda azul, pero la verdad es que aquello no estaba dirigido a los amantes del arte.







No hay comentarios:

Publicar un comentario