viernes, 4 de junio de 2021

CUATRO MIL TRESCIENTOS SIETE

 





Tras dar muchas vueltas al tema y reflexionar profundamente, he tomado la decisión de contar lo positivo sobre mis hijos si realmente considero necesario hablar de ellos y si puedo evitarlo, mejor todavía.

Me parece un poco ridículo contar solo la parte maravillosa y esconder todo lo demás, evitar nombrarles puede resultar un poco raro porque no solo están muy ligados a mi vida por ser mis hijos, sino también porque compartimos la casa.

Lo poco que he hablado hasta ahora sobre ellos no me ha causado más que problemas y eso es lo que menos necesito para mantener mi paz interior, por eso he tomado esa decisión irrevocable.

A pesar de que la escritura forma una parte importante de mi vida, mi paz interior está en una escala superior.

Tengo suficiente seguridad en mi propia creatividad como para seguir escribiendo sabiendo que tengo ideas más que suficientes para no involucrarles en mi vida, en el fondo ellos tienen vida propia como yo tengo la mía, somos seres humanos independientes y antes que discutir, prefiero mantener la boca cerrada y salir de los temas peligrosos, así que de hoy en adelante me cuidaré muy mucho de lo que escribo. 

En principio a mí no me importa hablar de mi vida, al contrario, me gusta y me sienta bien, es como si me librara de una carga pesada, por eso me cuesta ver que los demás tienen tanto pudor en ser nombrados.

Existe la posibilidad de escribir en tercera persona como hice con las novelas que publiqué hace unos años, reconozco que es menos comprometido.

He leído muchos libros de todo tipo, tanto ensayo como novela y sin lugar a dudas lo más interesante me parecen los diario, creo que por eso decidí hacerlo yo misma, no obstante no pensé que se me iban a complicar las cosas, sobre todo teniendo en cuenta que no tengo ganas de fastidiar a nadie, me interesa describir los acontecimientos, eso es todo.





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