sábado, 5 de junio de 2021

CUATRO MIL TRESCIENTOS OCHO

 





Tengo una contradicción respecto a los fines de semana, por una lado me gusta que lleguen porque pienso que voy a descansar y no tengo obligaciones, no obstante cuando llegan me quedo sin ganas de hacer nada, la verdad es que a mí me gusta trabajar, me gusta todo lo que hago, en cambio la idea de no tener nada que hacer me atonta.

Así que hoy por la tarde, en vista de que el cielo estaba bastante azul, he decidido ir a Barrika para sacar fotos, ya que llevo una buena temporada sin salir.

Podría decir que Barrika estaba maravilloso como de costumbre, al llegar es lo primero que he pensado, al cabo de un rato me he dado cuanta de que había mucha gente y la mitad de los caminos estaban cerrados. 

Conozco algunos lugares secretos que todavía quedan pero no me atrevo a ir sola por temor a que me falle la pierna y caerme, ya tendré la oportunidad de ir con alguna persona que me acompañe y haga que me sienta segura.

Hasta tal punto me ha disgustado el ambiente que he vuelto a casa corriendo y hasta la carretera estaba llena de coches, no sé qué pasará este verano, todos tenemos ganas de salir y de tomar el aire en sitios bonitos.

He pasado por Las Arenas antes de ir a casa para hacer unas compras y me ha parecido más alegre que de costumbre, me ha sorprendido ver una tienda nueva que se llama El super de los pastores, no he podido aparcar así que he mirado en internet y tiene buena pinta, todo es ecológico.

He intentado seguir viendo Hierro, la serie que he empezado pero me resulta desagradable que se peguen tanto y que tengan armas y que todos sean tan malos, así que de momento me voy a la cama a leer que es más tranquilo y me afecta menos.






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