lunes, 21 de marzo de 2022

CUATRO MIL QUINIENTOS CUARENTA Y SIETE

 





Hoy por fin he salido de casa y me he pegado un susto morrocotudo al ver mi coche cubierto de porquería grisácea, había oido lo de la calima del Sahara y había visto fotos de coches naranjas pero nunca pensé que mi pobre cochecito pudiera estar tan afectado, así que lo primero que he hecho ha sido ponerme en la fila del lavacoches y he comprado el lavado más caro para que me quede el coche como nuevo, lo cual no es fácil porque tiene muchos años, pero me ha dado gusto verlo limpio, mi trabajo me ha costado, había dos filas interminables y unos chicos trabajando sin parar, parece que todo el mundo ha tenido el mismo problema.

Pizca sigue sin ganas de nada, solo le apetece dormir, así que de momento hemos dejado el plan de leerle mi libro para más adelante, ahora me gustaría que hiciera bueno y poder hacer fotos.

Ya sé que a los buenos fotógrafos les da igual el tiempo que haga pero para mí es importante que haga sol y que esté el cielo azul porque me gusta jugar con las luces y las sombras, es mi especialidad.

También tengo ganas de ir a Bilbao y comer en algún restaurante de comida asiática, a ver si consigo que el paladar me sorprenda.

Ahora estoy tomando más medicación y creo que me encuentro mejor.





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