sábado, 26 de marzo de 2022

CUATRO MIL QUINIENTOS CINCUENTA Y DOS

 





A pesar de que había leído la crítica y no era buena, no he podido resistir la tentación de ver el documental sobre Bowie y he disfrutado mucho, me ha venido muy bien saber cómo fue su vida y su desarrollo como artista, junto con Lou Reed es uno de mis favoritos, solo con escuchar una canción suya oír su voz, me alegra la vida.

Como bien decía la crítica, no esperes escuchar una sola de sus canciones, porque no existen, tendré que buscarlas en otro lado, pero ha sido fascinante ver su recorrido, era elegante. 

No me extraña que estuviera contento viviendo en Nueva York porque allí no molestan a las estrellas, yo he visto a varias andando por la calle tan tranquilos, mezclados con la gente y sin que llamaran la atención, no pasa los mismo en Los Ángeles donde todavía impresiona toparte con Barbara Streisand o Dustin Hoffman.

David Bowie era un artista de verdad y todo lo que me habían contado sobre él la gente de mi generación que le conoció cuando vivía en Londres, es mentira.

Me habían dicho que copiaba y no he apreciado nada semejante en este documental con imágenes y diálogos reales, ya me costaba creerles cuando me lo contaron, no obstante ahora lo he comprobado con mis propios ojos.

¡Qué difícil es reconocer que existen artistas que son ellos mismos! 

Me alegro mucho de haber empleado mi tiempo en ver "David Bowie, el hombre que cambió el mundo".

Me encanta ver documentales de artistas de mi generación, me siento cerca de ellos, tuvimos referencias similares. 





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