martes, 22 de marzo de 2022

CUATRO MIL QUINIENTOS CUARENTA Y OCHO

 




Ser mayor tiene ventajas que hacen que la vida merezca la pena aunque la salud no sea perfecta.

Doy mucha importancia a la salud, eso es indiscutible, pero la sabiduría es más importante, porque gracias a ella sé cómo utilizar la salud que tengo.

Antes de los sesenta años que es más o menos cuando empecé a tener problemas con la pierna rota y luego las cistitis y más tarde la leucemia, mi salud era exuberante hasta tal punto que no sabía qué hacer con tanta energía, casi me daba envidia la gente que tenia pereza o cansancio, yo era un terremoto. 

Ahora que ando escasa de vitalidad aprovecho lo que tengo y soy mas feliz. 

Agradezco lo que sé y lo utilizo de la mejor manera posible, no pierdo el tiempo y por otro lado conozco mis limitaciones.

Ha llegado un momento de mi vida en que a pesar de sentirme limitada, no me preocupa, puedo hacer lo que quiero y lo acepto.

Además voy viendo que la experiencia es un grado.

A veces las personas mayores solucionan los problemas de la vida de una manera sencilla y humilde que me encanta.

Yo estoy contenta, vivo en el día y confío, a pesar de las cosas que pasan, confío en que todo se vaya arreglando y doy gracias a Dios de lo bueno que tengo en la vida.







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