Ya he comentado en alguna ocasión que el programa sobre literatura de RNE “La estación azul” que se emite los domingos a las tres de la tarde es casi sagrado para mi.
Disfruto oyendo hablar a escritores sobre libros. De los suyos propios y de los que han escrito los demás.
También hacen entrevistas a los que acaban de publicar un libro y a poetas, a quienes invitan a leer un poema. Me complace escuchar en vivo a los poetas leyendo sus propios poemas, hay algo muy íntimo y personal en ese ejercicio de humildad.
Hoy han hablado de los libros que les han traído los reyes y me han dado ideas.
De hecho ya he pedido “Bajo la red” de Iris Murdoch, escritora irlandesa de formación inglesa.
“Bajo la red” fue su primera novela e insisten en que es más fácil entender su obra posterior cuando se ha leído la primera.
Alaban a esta escritora por su gran inteligencia.
Alaban a esta escritora por su gran inteligencia.
Por mi lado yo había pedido “Arenas movedizas” de Junitiro Yamuzaki, que es el autor de “Elogio de sombra”, editado por Siruela, un libro que me marcó y a través del cual aprendí a disfrutar de asuntos a los que no estaba acostumbrada.
Hace unos días el Olentzero me trajo “Aquí no, ahora no” de Erri de Luca, en el que ya estoy inmersa y que a veces tengo que volver a leer párrafos enteros, porque aunque está escrito en prosa, es pura poesía.
También me trajo “Llamadme Alejandra, de Espido Freire, nacida en Bilbao (hasta hoy yo creía que era de Laudio).
Hace tiempo leí un libro suyo sobre la anorexia que me encantó, en cambio “Melocotones helados” que ganó el premio Planeta, no me interesó demasiado.
De momento tengo lectura para rato, no me puedo quejar.
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