miércoles, 2 de enero de 2019

DOS MIL QUINIENTOS NOVENTA Y CUATRO







Ayer vi “Un asunto de familia” del director japonés Koreeda que tiene la destreza de evitar la moralidad, tal y como aconseja el libro “El tao de la salud, el sexo y la larga vida” escrito por Daniel Reid, a través del cual aprendí que la moral es una hipocresía.
En algunos terrenos, sobre todo los relacionados con ese tema, me siento identificada con la cultura japonesa.
La película es maravillosa, una sencilla historia de amor dentro de una familia formada por circunstancias del destino, más que por la biología.
El cine me complace de tal manera que considero bien empleado mi tiempo cuando veo una buena película.
Llegué a casa tarde y cansada, ya no tenía ganas de leer, cené y me metí en la cama, satisfecha.

Me gustó empezar el año en Tokio.





No hay comentarios:

Publicar un comentario