sábado, 31 de diciembre de 2016

CIENTO CUARENTA Y CUATRO







Ha hecho un día espléndido.
He decidido ir al parque de doña Casilla Iturrizar para dar un bonito paseo y sobre todo para sacar fotos.

El parque es como un oasis en el jaleo ambiental que se organiza con el fin del año y el principio del otro.
A pesar de que hay gente, el silencio se impone.



Nunca me ha gustado salir en nochevieja.
Prefiero acostarme temprano y empezar el año con la cabeza despejada y la casa ordenada.
Desde que murió mi madre, que es la que organizaba una cena a lo grande juntando a toda la familia, yo me he retirado.
Además mis hijos no están aquí, excepto Beatriz que probablemente irá a cenar con la familia de su padre y saldrá después con sus amigos.
Jaime está en Bali cogiendo olas, evitando el invierno que tanto detesta.

Mattin me ha contado que han invitado a unos amigos y ha preparado bacalao a la vizcaína para la cena.
Está feliz en Berlín, ha encontrado su lugar ideal.
Se me ha ocurrido preguntarle a ver en qué idioma se iba a hablar en la cena y me ha dicho lo siguiente:

Supongo que en inglés.

Pero Odita no habla inglés, Mattin.

¡Ah! es verdad, entonces hablaremos en alemán.

Me parece que se van a juntar muchos idiomas.

Si, a mi me parece muy divertido.


Mattin y Lisa hablan sueco entre ellos.
Lisa habla en sueco con Odita.
Mattin habla español con Odita.
Odita habla alemán en el colegio.
Lisa está aprendiendo español, pero hasta que decidió hacerlo, en nuestra casa hablábamos en inglés cuando estaban ellos.

Lo que Mattin desea es que Odita hable cuatro idiomas desde pequeña y sin esfuerzo ni acento:

Sueco
Español
Alemán 
Inglés


Yo también doy mucha importancia a los idiomas y cuanto antes se aprendan, mejor.





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