jueves, 22 de diciembre de 2016

CIENTO TREINTA Y CINCO







He tenido una sesión de biodescodificación por Skype.
Hasta ahora solo había disfrutado del Skype para hablar con Odita y con su padre y era motivo de agradecimiento, poder vernos y hablar estando ellos en Berlín.
Ayer me di cuenta de que necesitaba una sesión con la Mercé que vive en Barcelona y viene a Bilbao una vez al mes y la llamé con la intención de quedar con ella cuando viniera, pero me sorprendió con la agradable noticia de que podíamos hacerlo hoy por Skype.

Así ha sido y hemos terminado a la una más o menos.
Me ha recomendado que me fuera a la cama porque es un trabajo que cansa.
He obedecido y al despertarme, he comprobado que eran las cuatro de la tarde.
Había dormido profundamente durante tres horas a pesar de las ocho horas que había dormido por la noche.
Espero y deseo ardientemente que la biodescodificación haya funcionado y me haya borrado otro patrón de esos que todavía quedaban suelto en mi subconsciente.





Me han tocado 60 euros en la lotería del bar de Zampa que siempre tiene el mismo número terminado en 13.
El número 13 es como un talismán para mi.

Mi padre nació el 13 de enero.
Beatriz nació el 13 de junio.
Carlos murió el 13 de julio.
Mattin nació el 13 de abril.
Odita nació el 13 de mayo.

La matrícula de mi coche suma 13 y así con muchas más cosas como la suma de los números de mis teléfonos y otros temas que ahora no recuerdo.

Tal vez lo más notable, fue cuando Beatriz y sus amigas decidieron hacer el camino de Santiago en bici.
Cada una se compró una bici y salían a entrenar todos los días para estar bien preparadas.
Algunas dieron marcha atrás y el día de la salida solo quedaban cuatro.
Y sucedió que las cuatro que salieron ese día, habían nacido en 13.

En algunas culturas el número 13 está asociado con la mala suerte, sin embargo los mayas lo consideraban sagrado porque lo asociaban a las 13 fases lunares.

Yo considero que es un número importante en mi vida y no hago caso a la parte negativa.
Además a mi no me interesa utilizar el bien y el mal para clasificas las cosas, prefiero estar atenta al yin y al yang, que trata de obtener el equilibrio.

No soy supersticiosa.
Considero por mi propia experiencia y por lo que he estudiado en la numerología que el 13 es un número especial, eso es todo.

Hasta tal punto está extendido el miedo al número 13, que existe una enfermedad llamada triscadecafobia.


No solo no tengo miedo al 13 sino que me gusta y me parece de buen augurio.




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