jueves, 29 de diciembre de 2016

CIENTO CUARENTA Y DOS







Reconozco que no me resulta difícil escribir mi autobiografía a través del diario.
Estar anclada en el presente me permite mirar al pasado con gran distancia.
Digamos que he hecho las paces con la trayectoria de mi vida, que ha sido una vida como tantas otras, intensa.

Hoy me encuentro sentada ante la página en blanco y me noto serena, estoy aprendiendo a aceptar, porque sé que todo lo que me sucede es perfecto para mi, para crecer y madurar.
Las lamentaciones, las hipótesis y las quejas, las he desterrado hace tiempo.
No sirven para nada bueno.

Algunas veces todavía se me cuela en el pensamiento algún miedo respecto al futuro, que inmediatamente desecho como si fuera el demonio.


Considero que llevo una vida plácida, con algunos problemas de salud que están bien tratados.

He pasado por momentos tan tortuosos, que no veía la manera de salir.
Eran tiempos en que caía y cuando conseguía levantarme volvía a caer y así una y otra vez, hasta que por fin me levantaba y empezaba una vida nueva.
Ese estilo de vivir ser repetía en diferentes campos.



Respecto al matrimonio pronto me di cuenta de que no tenía vocación de casada, por lo que al separarme del que fuera mi marido, tuve claro que ese no era mi camino.

Lo que de verdad me gusta es estar sola en mi estudio la mayor parte del tiempo y dedicarme a mis asuntos.
Antes era la pintura y ahora es la escritura y la fotografía.
El hilo conductor que guía mis actos es el conocimiento de mi misma.


Al verme en la distancia es cuando de verdad constato que he avanzado.
Haber vivido en la ignorancia durante tantos años, sin referencias correctas, me hizo dar vueltas en redondo hasta que encontré la persona que me ofreció su ayuda para sacarme del pozo y guiarme.
Me considero muy afortunada, porque eran tantas mis ansias de conocimiento que busqué por lugares peligrosos.
Tal vez me arriesgué demasiado, mas ahora que conozco lo que es vivir protegida sabiendo que hago lo que es bueno para mi, doy por buenos todos los errores que cometí hasta que encontré lo que buscaba.






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