martes, 2 de febrero de 2021

CUATRO MIL DOSCIENTOS TREINTA Y CUATRO

 




Knausgård dice que no escribe mejor porque tiene una familia a la que mantener y para que sus textos fueran insuperables necesitaría dedicarles mucho más tiempo, yo me pregunto por qué no escribo mejor y tengo varias respuestas:


Porque soy demasiado vaga.

Porque no tengo talento.

Porque pongo la disculpa de mi enfermedad para no hacer más esfuerzo.

Porque mi profesor no me exige nada.

Porque no me pagan por hacerlo.

Porque no he estudiado una carrera que me haya preparado para ser escritora.

Porque lo que escribo no tiene mucho éxito.

Porque me da pereza pensar.

Porque yo misma me pongo límites.

Porque tengo otras prioridades.

Porque no soy una escritora profesional.

Porque ya soy mayor para empezar a luchar en un terreno que desconozco.

Porque tuve tan mala experiencia con la pintura que no quiero fracasar otra vez.

Porque no tengo seguridad en mí misma.


Supongo que podría seguir poniendo excusas y la única realmente válida sería cualquiera de las ya expuestas, escribir es un territorio nuevo para mí, si realmente pensara en hacerlo de un modo profesional, es increíble la cantidad de excusas que me surgen para no tomarme más en serio la escritura, a pesar de que no miento al decir que me encanta escribir y que no me resulta demasiado difícil, no obstante cuando he leído lo que decía Karl Ove Knausgård me ha hecho recapacitar y he pasado el día dándole vueltas al tema.

A mediodía he tenido una charla agradable con Jaime sobre Michel Houellebecq, todo ha empezado porque me ha preguntado si había visto la serie basada en la escritora belga que pasó su infancia en Japón, se refería a Amelie Nothomb cuyos libros he devorado, me ha sorprendido que lo supiera pero luego me he dado cuenta de que se fija en los libros que tengo en mi biblioteca y antes tenía todos los de Nothomb en francés, ya no los tengo, me he deshecho de todas las novelas excepto algunas excepciones como el Quijote de Cervantes y el de Trapiello, la verdad es que me encanta hablar de literatura y del idioma castellano, me encanta, me chifla, pocos temas hay que me complazcan tanto y sin embargo pocas veces toco ese asunto, coincido con pocas personas a las que les interesen los mismos autores que a mí, creo que Elena Urquiola es una de ellas, es la que me ha hablado bien de Karl Ove y le estoy muy agradecida porque es como si hubiera encontrado un alma medio gemela aunque todavía estoy empezando a conocerle y a pesar de ser noruego está más cerca de la mentalidad sueca que yo, pero Mattin me hablaba tanto de Suecia cuando vivía en Estocolmo que casi todo me suena, no me parece tan lejano.

A Lisa no le interesa Ikea, más bien le tiene manía porque desde que era pequeña se sentía rodeada de elementos de Ikea.

Una vez Mattin dijo Aikia, en aquella época hablábamos todos en inglés y Lisa le corrigió, le dijo que se dice Ikea, todo resulta gracioso cuando se manejan tantos idiomas, Mattin habla sueco con Lisa, español con Odita, alemán con la gente de Berlín y cuando da conferencias lo hace en inglés.






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