martes, 1 de febrero de 2022

CUATRO MIL QUINIENTOS SEIS

 





Estoy navegando en aguas procelosas

He recibido las pruebas de la maquetación de mi libro y ninguna de las tres corresponde a mi estilo.

No sé qué hacer, de momento me voy a la cama y seguiré lo que me aconsejaba mi madres en situaciones similares:

"Duérmelo" 

Ni siquiera me he atrevido a preguntar si puedo decir lo que pienso, si tengo derecho a cambiarlo por el precio que ya he pagado.

La verdad es que el maquetador ha sabido apreciar la síntesis del texto pero la parte estética es otro asunto.

No tiene nada que ver conmigo y yo tengo claro que soy una persona que nunca he sabido vender mi trabajo, las únicas veces que he vendido cuadros no he sido yo la que los ha vendido, sino un galerista comerciante.

Ni mis cuadros se vendían solos ni yo soy capaz de animar a nadie a que los compre porque me muero de vergüenza, los asuntos de dinero me resultan desagradables.

Resumiendo, hoy no sé qué hacer, supongo que mañana tendré la cabeza más despejada.

Alguna vez que he ido de compras con una amiga he sabido aconsejarle perfectamente lo que le quedaba bien y acertaba, incluso insistía para que lo compraba, no obstante cuando se trata de mi trabajo me vuelvo  tímida, no soy capaz de defenderlo, prefiero desaparecer.

Reconozco que si tengo que aceptar cualquiera de las tres propuestas que me han enviado tendré que hacer un esfuerzo de humildad supino, me vendrá bien para superar la arrogancia que he llevado conmigo hasta hace bien poco tiempo, lo tendré bien merecido.








No hay comentarios:

Publicar un comentario