lunes, 21 de febrero de 2022

CUATRO MIL QUINIENTOS VEINTICUATRO

 




Admiro y respeto mucho a las personas que trabajan en la medicina.

Cada vez que voy al hospital de Cruces llego a casa destrozada, me afecta muchísimo y eso que ahora yo solo voy para menudencias, pequeños controles, nada que me asuste.

Hasta tal punto me afecta que suelo despertarme antes de la hora, hoy me he confundido dos veces en la autovía, nunca me había pasado, es un camino tan recorrido que parece mentira que me pueda distraer, porque además suelo ser puntual.

He ido solo para sacarme sangre y me he encontrado con una enfermera a la que ya conocía que siempre me trata muy bien, además de que borda su trabajo, parece ser que hasta ahora se jubilaban a los sesenta y tres años pero han cambiado tanto las cosas, que ahora lo han retrasado hasta los sesenta y cinco.

Incluso viendo caras conocidas se me hace duro ver a tantas personas pasándolo mal, desde el parking ya se nota que allí nadie va a divertirse, tanto blancos como negros, bebés como ancianos, todos tenemos algo que arreglar.

Mañana tengo que volver para la extracción de médula, me ponen anestesia pero no me dan tiempo para que me haga efecto así que a veces me duele bastante, todo lo relacionado con los huesos duele, pero es rápido.




No hay comentarios:

Publicar un comentario