martes, 17 de enero de 2023

CUATRO MIL SETECIENTOS SESENTA Y CUATRO

 






Siento mucho cariño por el rey emérito, no sé si soy monárquica, situacionista o republicana, de lo único que estoy segura es de que mi corazón está siempre atento a las relaciones entre las personas, sobre todo si son familiares.

Bastante me cuesta pensar que ya no soy familia de los Artiach, ya que desde que me casé tuve la sensación de pertenecer a toda la familia, como lo había vivido con los políticos en mi propia familia, era lo que me habían enseñado y seguí la tradición, nada cambiaba excepto cuando algunos sobrinos empezaron a anular sus matrimonios, ya que pertenezco a un familia católica practicante y todos pensá bamos en el disgusto que daríamos a mi madre si nos saliéramos de esos protocolos.

Yo simplemente me separé y más tarde, cuando murió Franco me divorcié, lo cual supuso un problema a mi exmarido, ya que no tenía disculpa para casarse con la mujer con quien vivía desde hacía muchos años.

Yo nunca he dado la oportunidad a otro matrimonio ya que me di cuanta de que no tenía vocación y ya estaba contenta con mis propios hijos.






    


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