viernes, 16 de septiembre de 2022

CUATRO MIL SEISCIENTOS SETENTA Y SEIS

 




Leer y escribir son dos de mis pasatiempos predilectos, si tuviera que pasarme la vida en una gran biblioteca en la que hubiera una mesa grande y una silla cómoda, además de mi cama, podría ocupar mi tiempo eligiendo libros,  leyendo algunos y retirando otros y el resto de los días escribiendo, corrigiendo lineas enteras, probablemente tirando páginas y al final me quedaría con unos pocos libros escritos por mí y una zona grande dedicada a los libros que me interesan, muchos de referencia y otros para aprender lo que no sé.

Releo lo escrito y pienso: ¡qué bobadas escribes! No sé por qué dedicas tu tiempo a escribir si lo que cuentas no tiene interés y ni siquiera lo has pensado dos veces.

Luego, me tranquilizo pensando que he decidido que leeré todo antes de publicarlo y elegiré solo lo que me parezca aceptable, eso me relaja y sigo con el diario, con un diario que no sé si llegará el momento de publicarlo, llevo demasiado tiempo contando cosas parecidas y así se pierde el atractivo.

Dentro de poco habré escrito cinco mil páginas, de las cuales más de la mitad se parecen entre sí, por lo que tendré que eliminarlas y lo haré sin dolor, sabiendo que no he perdido el tiempo, siempre es más provechoso escribir que ver la televisión.








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