domingo, 8 de octubre de 2017

MIL VEINTIDÓS








Hacía tanto tiempo que venía siguiendo los pasos del documental que estaba haciendo Chelo Álvarez-Stehle sobre el tráfico de mujeres, que no pude perder la oportunidad de verlo ayer en Zarátamo, en donde nunca había estado.

El film se llama “Sands of Silence” (Arenas de silencio).

El tema en sí es fuerte y resulta todavía más profundo de lo esperado, porque cuenta experiencias personales de personas cercanas que dan su testimonio a plena voz, recordando desde el corazón, con los ojos llorosos, el dolor que ha producido en sus vidas, las heridas nunca del todo cicatrizadas, por unos hechos que fueron silenciados en su momento.

Me llegó tan hondo lo que vi, que vinieron a mi cabeza, las veces que yo misma me sentí violada por el que a la sazón era mi marido, ya que en aquella época se consideraba que la mujer era propiedad del esposo, al que debía complacer siempre que éste lo deseara.

Gracias a la necesidad urgente de que los abusos sexuales paren, Chelo y su documental han sido invitados al Parlamento Europeo y a la ONU, además de que está siendo proyectado en muchos estados de América, que es el lugar de residencia de Chelo, nacida en Logroño y casada con un americano.
Ahora está recorriendo el país de los vascos en donde tiene una acogida extraordinaria.

Tras la proyección de la película, hubo un interesante coloquio, en el que Chelo insistía en la necesidad de hablar, es importante no silenciar los hechos, no dejar que los abusos queden incólumes, porque es gracias a que salgan a la luz como pueden evitarse.

Después me invitaron a cenar en el txoko del ayuntamiento, con la alcaldesa en funciones y algunos concejales donde disfrutamos de lo lindo hasta que nos retiramos todos, dejando que Chelo descansara y presentara su “Arenas de silencio” hoy en Zarauz, y así un día detrás de otro, durante los tres meses que durará su gira en Europa.

Agradezco a Chelo el trabajo tan importante que está haciendo, es solo una semilla, de la que ya han empezado a brotar árboles que ayudarán a que nuestras hijas y las hijas de nuestros hijos sean respetadas.

Yo he tenido experiencias propias y otras cercanas a mi y me produce escalofríos, pensar en que mi propia nieta pudiera ser víctima de un abuso.

Chelo también ha presentado el film en algunas cárceles en las que había pederastas y ha hablado con ellos.
De hecho, ayer quedó con un concejal de Zarátamo para intentar presentar el documental en la cárcel de Basauri.
No tiene miedo a nada ni a nadie.

He de confesar que me afectó mucho todo lo que vi y sentí.
Tal vez lo que más me impresionó fuera que toda la familia de Chelo, una familia convencional de Logroño de toda la vida, se volcara en el proyecto a sabiendas de que Logroño en el fondo es un pueblo, donde todos se conocen y nadie habla de esas cosas que nos han enseñado a callar.

Valiente Chelo.

Para ella toda mi admiración y respeto.











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